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"Cuando dos elefantes se pelean, la peor parada es la hierba"
Desencuentro CC.OO -UGT, cuando dos elefantes se pelean.


04/05/2006 Olga Martín Cobosdel Sindicato PIDE

Con la celebración del 1º de mayo, asistimos a un capítulo más del desencuentro entre dos pesos pesados del panorama sindical, polémica estéril que no beneficia a nadie, en la que parece olvidarse que la única función de los sindicatos es defender a los trabajadores y olvidarse todo lo demás.

El distanciamiento se inició tras un lamentable incidente entre delegados sindicales en las elecciones en Zafra y el comunicado por parte de CC.OO. en rueda de prensa el 7 de marzo de suspender los actos públicos con UGT.

Con la costumbre actual de etiquetarlo todo con eufemismos, una pelea de chiquillos se convierte en “acto racial” si uno de ellos pertenece a una minoría étnica; las diferencias personales entre trabajadores pueden acabar tildándose de “acoso laboral” o, como en el caso que nos ocupa, una disputa entre delegados, si son de distinto sexo, se acerca peligrosamente a “violencia de género”. En Extremadura, a dos pasos de conocer a alguien, este tipo de conflictos se llega a parecer a una discusión de patio de vecinos.

Este distanciamiento, aireado además en los medios de comunicación, flaco favor le hace al mundo sindical, bastante denostado ya por el individualismo de nuestro tiempo, la escasa afiliación, la baja participación y la desconfianza de las bases en las cúpulas sindicales. En este marco, los sindicatos alternativos, minoritarios o no tradicionales ( a los que los pesos pesados niegan casi el derecho a existir) resultan también perjudicados sin tener nada que ver, pues al final se nos mete a todos en el mismo saco, a pesar de que defiendan otro tipo de sindicalismo. Esta vez le ha tocado a UGT, pero no sabemos quién será el próximo y, puesto que se van acercando las próximas elecciones sindicales, “ponemos las barbas a remojar”.

Mientras tanto, empresarios y administración se van relajando. Los sindicatos tradicionales se entretienen en alimentar viejas diferencias y la reivindicación y la negociación se dejan aparcadas, destinando esfuerzos a tareas inútiles. Según unos, ni beneficia, ni perjudica a nadie; según otros, no es bueno para los sindicatos ni para los trabajadores. En mi opinión, si los dirigentes están desunidos, los trabajadores están desunidos. Mejor sería para todos un ejemplo de “resolución pacífica del conflicto” y superación del individualismo, dejando los esfuerzos para regar la hierba.