Felipe y Lorenzo se despidieron el miércoles del Instituto San Martín
de Talayuela entre aplausos y lágrimas. Guillermo y Pilar lo hicieron
en mayo y junio pasados de forma más silenciosa, pero con la misma sensación
de que se ha cometido una injusticia con ellos. Se trata de interinos
no docentes (ordenanzas y limpiadoras, principalmente) que pertenecían
al Ministerio de Educación y a los que la Junta no les ha contabilizado
los años trabajado en las pruebas de acceso.
Son trabajadores con ingresos económicos medio-bajos y una formación y
edad a que les ha supuesto una barrera infranqueable la exigencia de la
Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Presidencia, de que
tienen que aprobar obligatoriamente un examen, sin contabilizarles los
años ya trabajados.
«Se produce la incoherencia de que una persona que saque un 5,1 en el
examen está por delante de otra que obtenga un 5 y lleve 12 años trabajando»,
asegura Manuel Lucas, secretario provincial en Cáceres de la Federación
de Trabajadores de la Enseñanza de UGT (FETE-UGT), quien observa una «clara
falta de voluntad política para arreglar este problema social».
Pilar Labrador, viuda, lleva 10 años como limpiadora del instituto Virgen
de Guadalupe, y a partir del lunes inicia una cuenta de atrás para dejar
el trabajo, hasta que se ocupe su plaza. Aprobó el primer examen de la
prueba de acceso a la función pública establecida por la Junta, pero no
el segundo ejercicio, que era un supuesto práctico. «Estaba hecho para
los trabajadores de la Junta», asegura, es decir, para los interinos laborales
como ellos pero que en lugar de pertenecer al Ministerio de Educación
dependían de la Junta.
A este otro colectivo tampoco se le han contabilizado los méritos, pero
hay una gran diferencia, advierten en el sindicato FETE-UGT: mientras
la Junta organiza cada dos o tres años como máximo pruebas de acceso,
con posibilidad, por tanto, de consolidar la plaza que se está ocupando
como interino, el MEC no ha establecido ningún procedimiento desde el
año 1991. Por mucho que lo hubieran deseado, no podían consolidar su plaza.
La realidad que les ha rodeado es que una década después se les pide superar
una prueba (dos ejercicios) para la que no tienen formación suficiente.
Te sientes basura
«Lo peor es que te sientes basura. El problema psicológico es muy grande
porque estás trabajando, haciéndolo bien, llevas unos años y, de repente,
te dicen que debes irte», afirma María del Pilar Bermúdez, que en junio
se desvinculó del instituto Luis de Morales, de Malpartida de Cáceres,
donde llevaba seis años, contando las sustituciones.
María del Pilar muestra la respuesta por correo electrónico que le remitió
el presidente de la Junta brindándole su apoyo a buscar una solución,
pero ésta ha topado con la Consejería de Presidencia que aduce la imposibilidad
legal de reconocer los méritos a este colectivo.
Esta postura, sin embargo, resulta inconcebible para el dirigente de FETE-UGT
Manuel Lucas, quien reconoce que para los profesores interinos la Junta
ha tenido un trato distinto. «Nunca se les ha pedido aprobar un examen,
sólo presentarse; con eso, podían seguir en la lista. Pero este colectivo
no se les ha aplicado el mismo criterio, se les está discriminando de
una manera que no alcanzamos a comprender».
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