Fuente: Hoy Digital (11 de octubre de 2002)

Ordenanzas y limpiadoras de Educación acusan a la Junta de haberles discriminado. Son interinos a los que no se les ha tenido en cuenta sus años de ejercicio.
PABLO CALVO CÁCERES

Felipe y Lorenzo se despidieron el miércoles del Instituto San Martín de Talayuela entre aplausos y lágrimas. Guillermo y Pilar lo hicieron en mayo y junio pasados de forma más silenciosa, pero con la misma sensación de que se ha cometido una injusticia con ellos. Se trata de interinos no docentes (ordenanzas y limpiadoras, principalmente) que pertenecían al Ministerio de Educación y a los que la Junta no les ha contabilizado los años trabajado en las pruebas de acceso.

Son trabajadores con ingresos económicos medio-bajos y una formación y edad a que les ha supuesto una barrera infranqueable la exigencia de la Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Presidencia, de que tienen que aprobar obligatoriamente un examen, sin contabilizarles los años ya trabajados.

«Se produce la incoherencia de que una persona que saque un 5,1 en el examen está por delante de otra que obtenga un 5 y lleve 12 años trabajando», asegura Manuel Lucas, secretario provincial en Cáceres de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT (FETE-UGT), quien observa una «clara falta de voluntad política para arreglar este problema social».

Pilar Labrador, viuda, lleva 10 años como limpiadora del instituto Virgen de Guadalupe, y a partir del lunes inicia una cuenta de atrás para dejar el trabajo, hasta que se ocupe su plaza. Aprobó el primer examen de la prueba de acceso a la función pública establecida por la Junta, pero no el segundo ejercicio, que era un supuesto práctico. «Estaba hecho para los trabajadores de la Junta», asegura, es decir, para los interinos laborales como ellos pero que en lugar de pertenecer al Ministerio de Educación dependían de la Junta.

A este otro colectivo tampoco se le han contabilizado los méritos, pero hay una gran diferencia, advierten en el sindicato FETE-UGT: mientras la Junta organiza cada dos o tres años como máximo pruebas de acceso, con posibilidad, por tanto, de consolidar la plaza que se está ocupando como interino, el MEC no ha establecido ningún procedimiento desde el año 1991. Por mucho que lo hubieran deseado, no podían consolidar su plaza.

La realidad que les ha rodeado es que una década después se les pide superar una prueba (dos ejercicios) para la que no tienen formación suficiente.

Te sientes basura

«Lo peor es que te sientes basura. El problema psicológico es muy grande porque estás trabajando, haciéndolo bien, llevas unos años y, de repente, te dicen que debes irte», afirma María del Pilar Bermúdez, que en junio se desvinculó del instituto Luis de Morales, de Malpartida de Cáceres, donde llevaba seis años, contando las sustituciones.

María del Pilar muestra la respuesta por correo electrónico que le remitió el presidente de la Junta brindándole su apoyo a buscar una solución, pero ésta ha topado con la Consejería de Presidencia que aduce la imposibilidad legal de reconocer los méritos a este colectivo.

Esta postura, sin embargo, resulta inconcebible para el dirigente de FETE-UGT Manuel Lucas, quien reconoce que para los profesores interinos la Junta ha tenido un trato distinto. «Nunca se les ha pedido aprobar un examen, sólo presentarse; con eso, podían seguir en la lista. Pero este colectivo no se les ha aplicado el mismo criterio, se les está discriminando de una manera que no alcanzamos a comprender».
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