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«Desmoralizados»

31/07/2025
Sindicato PIDE

El desmantelamiento de la conciencia social

Aislada en un lugar perdido, como una cabaña abandonada en mitad de un bosque impenetrable, la moral languidece y se extingue. Cuando sea rotunda su ausencia, habremos caído en el precipicio que será su tumba, el sepulcro extraviado y olvidado que, como una ruina milenaria, permanecerá enterrado para siempre.

Ejemplos palmarios del desmantelamiento de la conciencia social, como herramienta que los seres humanos emplean para comprender la sociedad y responder a las necesidades propias y ajenas, hay tantos que la desazón no puede evitar socavar la presencia de ánimo.

La conciencia sindical extraviada, aquella que la sociedad ya no busca, tiene valedores que alimentan su ausencia. No solo los lobbies de toda índole han conseguido tapar su existencia, minimizar su impacto, sino también desde las propias filas sindicales contribuyen al deterioro, a proteger la derrota si esta blinda el estatus que mantiene los privilegios intactos.

La conciencia política que hace a las personas conscientes de lo que tiene que ser la sociedad (justa e igualitaria), ha pasado a un plano deslucido donde el gobernante de turno quebranta la disidencia que se rinde ante las prebendas (“si no puedes con el enemigo, únete a él”, piensan los rendidos acarreando el oprobio que jamás los abandonará).

La empatía, una de las bases de la conciencia social, ha sido lanceada a base de malsanos mensajes de odio difundidos a través de las redes sociales. El infundio cala en muchos individuos que adoptan el rencor que lo alimenta, sin cuestionarse los motivos por el que nace. Los discursos huecos se han revestido de una pátina de patriotismo falso, cuyo objetivo es despertar los instintos más básicos del ciudadano.

Quedan a la intemperie, a merced de ser devorados, los derechos más básicos del ciudadano. Y lo que es peor, no pocos ciudadanos despojados de sus derechos apoyan a quien asola su existencia, porque su conciencia social, política y sindical ha sido parasitada por la inacción, simplificando su raciocinio hasta límites incorregibles. Por eso, cada vez hay más ciudadanos que secundan posicionamientos ideológicos que pretenden empeorar sus vidas. La comunidad venezolana de Estados Unidos apoyó al partido actualmente en el poder y, ahora, la nueva administración estadounidense arremete contra ellos.

Uno debe comparecer ante sí mismo y preguntarse si merece la pena luchar por la justicia social, porque esta es el Santo Grial al que toda sociedad democrática tiene la obligación de aspirar.

elPeriodicoExtremadura.es