«María de la Nada»
05/11/2025
Alfredo Aranda Platero
En el debate del estado de la región, María Guardiola tuvo la oportunidad de reconciliarse con los docentes, a los que lleva ignorando más de dos años. “Las condiciones laborales de los docentes siempre han estado entre nuestras prioridades”, es lo único que dijo con un descarado fariseísmo militante.
María Guardiola llegó con un programa electoral lleno de promesas, una de la cuales tenía que ver con la homologación del sueldo de los docentes. No sé si la presidenta estaba siendo fiel a su conciencia cuando prometió la homologación salarial, o lo está siendo ahora cuando incumple dicha promesa. Pero hay una obviedad alejada de toda duda: que los docentes extremeños son, tras las actualizaciones salariales de otras comunidades, los peor pagados de España. Si ya éramos de tercera división salarial, acabamos de bajar de categoría.
En el debate del estado de la región, la presidenta tuvo la oportunidad de reconciliarse con los docentes, a los que lleva ignorando más de dos años. “Las condiciones laborales de los docentes siempre han estado entre nuestras prioridades”, es lo único que dijo con un descarado fariseísmo militante, para olvidarse después, por completo, de los docentes de la educación pública. Ojalá me equivoque, pero pienso que a la presidenta le importa poco la homologación salarial de los docentes extremeños, aunque estos sean, según el informe Funcas, los que más se implican con sus alumnos.
Que mentir está mal te lo enseñan desde pequeño y te lo repiten miles de veces, y no creo que la presidenta haya crecido de forma diferente. Tenemos grabado desde la más tierna infancia que hay que decir la verdad; por tanto, para mentir se necesita de un esfuerzo, de una decisión consciente; lo que nos sitúa en un escenario inquietante: tolerar las propias mentiras y construir un relato falaz para justificarlas.
Los tambores están tocando a rebato, la alarma se ha instalado en la mirada de los docentes que no aguantan más la desidia y el abandono de una consejería a la deriva. Asediados por quehaceres burocráticos inservibles. Hostigados por una consejería cuya preocupación se centra, únicamente, en quedar bien ante las familias. Mal pagados por una administración insensata ahogada en su propio ego. Nos sobran los motivos para decir ¡basta!
La negociación fallida de la homologación salarial trascurrió con dejadez y falta de racionalidad por parte de la consejera de Educación, tampoco faltó la soberbia de los que la escoltaban para que no se saliera del guion, y la inhibición de la presidenta, que nada quería saber del asunto, como colofón final de una bochornosa cancelación unilateral del debate para alcanzar un acuerdo beneficioso. Este es, podemos decir, el resumen sangrante de la falsa negociación salarial.
Desde el minuto uno sabía Guardiola que NADA era su mejor propuesta, pero aparentó lo contrario hasta que las caretas se cayeron. María de la Nada.
