Blog PIDE
«2025, Orwell vive»
01/05/2025
Sindicato PIDE
El sumun distópico de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura
En qué momento la democracia ha caído en la trampa, se ha dejado enredar en la espesa urdimbre que tamiza tanto la justicia que al ciudadano solo le llegan minúsculas migajas. Andamos por el surco que nos marcan, acarreamos el peso del vacío de la conciencia, que nos han arrebatado, mientras proclamamos nuestra inocencia; después, libres de culpa, nos aliviamos lanzando improperios destinados a ridiculizar la sociedad que entre todos hemos creado.
Mientras, los políticos de uno y otro bando –me refiero solo a los malvados– no se sienten injuriados, porque saben que son merecedores de todos los enfados; bien les parecen los insultos a ellos destinados (si con eso te desahogas), pero dejas que sigan tirando de la soga y de alguna que otra toga.
En nuestra Consejería ejemplos tenemos todos los días. Que un docente reclama y critica, pues le mandan a un inspector para que revise toda su labor en busca de alguna falla en el trabajo del profesor y si la encuentra, y, a veces aunque no, sustituye la primera ‘a’ de falla por la ‘o’: le mete un expediente al por mayor (sin anestesia y sin aviso anterior).
El sumun distópico que viene a engrosar las estadísticas delirantes de una Consejería de Educación a la deriva es lo acontecido en el IES Norba Caesarina. Sin entrar a valorar la profesionalidad de la profesora suspendida de empleo y sueldo, sí entro a valorar el procedimiento sancionador alejado de toda garantía constitucional y, por tanto, nulo de pleno derecho por irregular. Aniquilar el estado de derecho para cumplir los deseos de progenitores enfadados y hacerlo, además, saltándose procedimientos para acortar los tiempos y conseguir el objetivo que se han propuesto, nos acerca peligrosamente a una sociedad alienada donde la disidencia docente debe emerger con fuerza para oponerse al desmantelamiento que pretenden.
Este postrero caso de «ordeno y mando y la legalidad me la trae al pairo» es la triste constatación de que estamos al borde de la perdición. No es de extrañar que los docentes se jubilen anticipadamente, para escapar de un entorno laboral cada vez más hostil y perjudicial.
Todo el sistema está controlado y dirigido por aquellos que tienen delegada la función de gobierno por la ciudadanía; porque, al fin y al cabo, en la democracia el ciudadano delega la función de gobierno en representantes para que éstos gobiernen para el pueblo y no para sí mismos. No es democracia utilizar esa función delegada para ejercerla sin las mínimas garantías constitucionales que deben vertebrar el sistema para evitar así los abusos y las injusticias que dimanan de no entender qué es la democracia.